Podríamos comenzar diciendo que el maltrato a un niño viene reflejado -en muchos casos- por nuestra educación, ¿Fuimos también maltratados por nuestros progenitores?, existe evidencia que muchos padres traumáticamente lo fueron y así desarrollaron la violencia contra sus propios hijos.
También, para los que se ven en la obligación de trabajar a una corta edad por necesidad de dar el sustento familiar, en muchos casos, los propios padres los mandan a la calle a robar para ellos.
Estamos destruyendo la infancia de nuestros hijos y ya no hablemos de la injusticia, de la maldad, de la pederastia. Si desde nuestras conciencias nos comprometemos a dar cobijo a los niños, a protejerles, a cuidarles, a darles educación, a darles los medios para que crezcan, entonces sí, estaremos ayudando a proteger su futuro, porque serán el mañana, porque serán nuestros gobernantes...
Denunciemos el maltrato de un niño, miremos a nuestro lado, ellos están ahí, los tenemos por todas partes, los ojos de un niño, de nuestro niño, nos dice cuando están felices y cuando están sufriendo, la mirada de un niño maltratado nos implora a gritos -sin decirlo- !ayudame! tu puedes hacerlo.....
No permitamos que los niños sigan sufriendo, porque desde los que podemos sólo tenderles la mano y denunciar, a las Organizaciones que llevan años luchando por darles un mundo mejor, a los que nos gobiernan, porque son ellos, los que pueden tomar las medidas necesarias para combatir el maltrato infantil.